Bienvenida y presentaciòn

Soy Gabriela, profesora, contadora y pintora aficionada, a la pintura al oleo, a la literatura, a la cultura y las artes en general, respetuosa y admiradora de la gente sencilla que tiene mucho que contar y enseñarnos, tambièn de la naturaleza y de todo lo que en ella existe.

Te invito a visitar mi blog con mis pinturas, tambièn algo de poesìa , relatos cortos, y recetas de cocina mapuche que es el entorno donde vivo , por lo que he recopilado relatos orales de las personas con más sabiduría y tambièn acerca de sus interesantes comidas con ingredientes naturales y muy sanos.

sábado, 4 de septiembre de 2010

La venta de la lana

Se dirigían a Imperial, Elba...... y su padre a vender lana esquilada, iban en una carreta a Nueva Imperial, Don Arsenio B .partiò tipo 6 de la tarde para llegar al amanecer a la ciudad, eso caminando toda la noche. La niña iba en la carreta y su padre guiaba los bueyes que tiraban la carreta la que iba cargada de sacos de lana con vellones apretados, llegarìa a primera hora a vender a las bodegas donde pesaban y revisaban la lana, no debìa ser cortada, sino vellones grandes, sin basura de paja, terrones u otras semillas, la lana de la guata del animal no sirve, la devuelven, y ahora pagan $600 el kilo, pero casi no hay donde vender por lo de las fibras sintéticas, se terminò el tejido de la lana natural, sòlo como artesanìa, pero en ese tiempo se vendìa aunque siempre han pagado poco, pero alcanzarìa para comprar azúcar, yerba mate y alguna otra cosita para suplir necesidades de la casa. La niña Elba caminaba junto a su padre y èl con su sombrero y su manta, habìa hecho tantas veces este viaje que se conocìa cada piedra del camino, caminaba como dormido, caminaba tan cerca de la carreta que ella estaba asustada y pensò que la rueda de la carreta lo envolverìa del poncho o le tomarìa una pierna, iba en la carreta y se sentìa asustada, y que frìo hacìa, era un largo viaje, llegarìan al aclarar y tenìan mucha hambre, este es el sacrificio de vender la lana después de esquilar, limpiar y enfardar este producto de las ovejitas. Estos son recuerdos de la abuela que ahora tiene 87 años y que nos contò un dìa.

1 comentario:

  1. Que verdad hay en esta historia. Vivó un tiempo en Valle Hermoso de La Ligua y ahí supe que ya no se trabaja la lana natural, sino la sintética que traen de China...Que pena, porque lo sintético no es sano para la salud...

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