Bienvenida y presentaciòn

Soy Gabriela, profesora, contadora y pintora aficionada, a la pintura al oleo, a la literatura, a la cultura y las artes en general, respetuosa y admiradora de la gente sencilla que tiene mucho que contar y enseñarnos, tambièn de la naturaleza y de todo lo que en ella existe.

Te invito a visitar mi blog con mis pinturas, tambièn algo de poesìa , relatos cortos, y recetas de cocina mapuche que es el entorno donde vivo , por lo que he recopilado relatos orales de las personas con más sabiduría y tambièn acerca de sus interesantes comidas con ingredientes naturales y muy sanos.

sábado, 4 de septiembre de 2010

El zorro en la ciudad

Cuando se limpiaba el monte en la hijuela de don J.Contreras, dentista con muchos clientes en esta zona, los trabajadores encontraron un zorrito nuevo, una crìa pequeña que la trajeron para mostrarla a sus hijos pequeños de 7 y 9 años, quienes quedaron encantados con el animalito y no quisieron que se lo llevaran o lo soltaran. Lo criaron y cuidaron en ese verano como a un perrito con mamadera, comida de la casa y con trocitos de carne, pronto fue creciendo y terminaba el perìodo de vacaciones, los niños quisieron llevarlo a la ciudad de Temuco como si fuera una mascota. Allì jugaban con èl, se tiraban encima, lo acariciaban, le pasaban juguetes, jugaban a la pelota en su casa de la ciudad, los niños lo adoraban y el zorro fue creciendo era “don zorro”, se parecìa a un perro de gran tamaño, sòlo se diferenciaba por su cola esponjosa y larga Todos estaba felices hasta que el zorro mirando hacia el patio del lado observò unas gallinas y pensò: “ ¿còmo poder agarrarlas?... En uno de esos dias la vecina daba gritos, ya que le aparecieron muertas varias gallinas, habìan hecho un hoyo por debajo de la reja pasando probablemente por ahì el zorro y atacando sus queridas gallinas. El doctor debió pagar los daños y entregar el zorro al SAG para que lo llevaran a algún zoológico o entorno natural, ya que lo amenazaron con denunciarlo a la justicia. Los niños lloraron varios dìas por haberse separado de su amiguito, en el zorro recièn habìan despertado sus instintos y ¡què pena! ,en medio de la ciudad.

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